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remi-brague-300x2004.jpgRÉMI BRAGUE (1947-  )
PENSADOR CATÓLICO

 

Rémi Brague nació en París, el 8 de septiembre de 1947. Es profesor de Filosofía Medieval en la Sorbona de París y de Historia del Cristianismo Europeo en la Ludwig-Maximilians-Universität München, donde ocupó el sitio de Romano Guardini. Además es director del centro de investigación "Tradición del Pensamiento Clásico" de la Sorbona. Es miembro en el Instituto de Francia, en la Academia de ciencias morales y políticas.
Ha sido profesor visitante en Pennsylvania State University, Boston University-U.S., Boston College-U.S., la Universidad de Navarra, Pamplona, España y en la Universidad San Rafael de Milán.
La educación de Rémi tuvo asiento en París, comenzó su carrera como estudiante de filosofía griega, para continuar con el hebreo y el árabe. La mayor parte de su trabajo se ha ubicado en la intersección de las tres religiones abrahámicas. Es autor de numerosos libros sobre la historia clásica y medieval intelectual, la religión, la identidad nacional, la literatura y la ley, y es quizás mejor conocido en el mundo de habla inglesa por su libros "Eccentric Culture: A Theory of Western Civilization"  y "The Law of God: The Philosophical History of an Idea"
Tiene Rémi, estudios y reconocimientos muy singulares:
Estudió en La Escuela Normal Superior entre 1967-1971. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de París-Sorbona (Paris IV) en 1976, recibiendo el "Summa cum laude". Realizó estudios de Hebreo Medieval en la Escuela Práctica de Altos Estudios 1982-1986, 1990-1991. Consiguió el Doctorado de Estado en  La Sorbona de París (Paris IV), en 1986 con la más alta distinción. Efectuó estudios en la  literal Arabic at the School for Oriental Languages (INALCO) en Paris, 1985-1987. Como consecuencia de tan sólida formación ha sido profesor en universidades de diferentes países: Francia, Alemania, Estados Unidos, España, Italia. Como colaborador está adherido a otros países como Canadá, Israel, República Checa, Hungría, Alemania, Holanda, Austria, etc.
Rémi pone definitivamente en duda la existencia de un libre albedrío autónomo y soberano.  Le viene espontáneamente a la mente el ejemplo de San Pablo que, recuerda, no alcanza a hacer el bien que conoce y aprueba, sino, por el contrario, persiste en hacer el mal que lo repugna.  En este sentido, “el apóstol de las naciones” ya hacía eco al pensamiento de los poetas paganos, sobre todo de Ovidio. Lo que describe San Pablo es “la experiencia fundamental de la debilidad de la voluntad”.
Rémi también considera que el cristianismo tiene el merito de haber admitido “con valentía” que nosotros no hacemos en realidad todo lo que queremos.  Es así que responde a los “imbéciles” que pretenden hacer todo lo que quieren: “Nos ilusionamos cuando se dice: "hago todo lo que quiero". En la mayor parte de los casos, somos pasivos. En otras palabras, queremos aquello que se quiere que queramos. Ese “aquello” puede ser una multitud de cosas. Puede ser la publicidad. El caudal del tiempo o también la educación recibida…”.
En este tenor Rémi sigue afirmando que la libertad, en consecuencia, es un don que recibimos de Dios, no es autónoma, y es precisamente lo que el filosofo nos quiere decir cuando recuerda que nuestro libre albedrío, para ejercerlo, necesita de ser liberado.
Contundentemente Rémi ha expresado que "Miramos con desconfianza la idea de una ley natural, por no hablar de una ley divina… Ambas tienen en común una característica negativa: ninguna de las dos es humana. Ahora, cualquier idea que no sea estrictamente humana y dicte al hombre su ley ha llegado a ser intolerable para muchos de nuestros contemporáneos"
http://www.periodistadigital.com/imagenes/2012/07/27/remibragueune.jpgEn la concepción de Brague, "para el hombre contemporáneo, la “ley natural” se refiere grosso modo a tres cosas: a) las constantes aisladas en el estudio científico de los fenómenos, expresadas matemáticamente, también llamadas “leyes da la naturaleza” o “leyes físicas; o b) la “ley de la selva”, supuesta condición original del hombre en su lucha por sobrevivir, preocupado más que todo de la autopreservación; o por último c) las exigencias propias de la biología humana, como la necesidad individual de comer y la necesidad de reproducirse de las especies".

Otra sentencia de Rémi reza así: "para todo lo animal del hombre, la ley natural significaría ciertamente lo visualizado por Hobbes, es decir, preocupación por la autopreservación, de carácter sumamente legítimo en un ser precario y menesteroso; pero si se pone el énfasis en la racionalidad y sus consecuencias, la ley natural será la ley misma de la razón".
Rémi hace una pregunta profunda: ¿Seguirá siendo a largo plazo posible la democracia, cuando dejemos de considerar que todo ser humano está hecho a imagen de Dios? ¿Y por consiguiente que todo hombre, más allá de su valor intelectual, económico, etc., posee algo sagrado en la libertad que en él representa esta imagen divina? Una tremenda pregunta…
Y remite a las personas al pensamiento islámico al afirmar: Demos un breve vistazo a la idea islámica de la ley divina. De acuerdo con el Islam, legislar significa atribuir a las acciones humanas un valor (hukm) inseparablemente jurídico y moral, que nos permitiría determinar si una acción es obligatoria, loable, indiferente, censurable o prohibida. La única instancia en condiciones de atribuir este tipo de carácter a las acciones humanas no es otra que Dios mismo.
Es importante, dice Rémi, distinguir cuidadosamente en qué puntos concuerdan la Cristiandad Occidental y el Islam y dónde discrepan. No están en desacuerdo en cuanto al origen último de la legislación. Ambos lo basan, al menos en sentido final, en lo divino. Para ambos, la ley es en último análisis la Ley de Dios. Por otra parte, sus representaciones subyacentes de lo que es una ley y del rol de Dios son bastante distintas. Es igualmente distinto el modo en que ambas religiones conciben la palabra de Dios. Para la cristiandad, Dios habla en la historia por medio de la voz de la conciencia, y a través de la vida de Jesús la Palabra de Dios se hizo hombre (1 Jn 1:14); en el Islam, Dios habla a través de las palabras escritas en el Corán. Insisto en un punto: estas concepciones de la Palabra de Dios, y por consiguiente de la Ley divina, eran distintas desde el comienzo. La cristiandad y el Islam nunca estuvieron de acuerdo en este punto fundamental, ni siquiera durante la Edad Media. Podríamos atrevernos a pensar que ciertos aspectos de las teorías políticas modernas están en mayor medida en armonía con el ideal islámico que las teorías políticas de Occidente en la Edad Media. Debemos descartar la descabellada idea, compartida por gran parte de los medios de difusión, de que el Islam se quedó en la Edad Media y es simplemente una civilización “medieval” que no tuvo en el camino el vuelco que condujo a Occidente.
Estas son algunas ideas de Rémi Brague que externó, en el año 2005, durante una disertación que pronunció ante La Confederación de Juristas Franceses, en París.

INFORMACIÓN OBTENIDA DE:
http://remibrague.com/biography-2/
http://es.wikipedia.org/wiki/R%C3%A9mi_Brague
http://www.aleteia.org/es/sociedad/entrevistas/somos-de-verdad-libres-respuesta-del-profesor-remi-brague-6449786479706112
http://www.humanitas.cl/web/index.php?option=com_content&view=article&id=792:la-ley-natural-y-la-ley-divina-remi-brague&catid=145


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