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(67) LA FAMILIA

 

EL “BULLYNG”

Hola a todos nuestros amigos lectores!
   Esta ocasión en especial, al escribir sobre este tema, siento una impotencia dentro de mí, que me impide incluso expresar lo que realmente siente mi corazón, junto con el de muchos padres de familia que sufren en carne propia los estragos de este problema social, el acoso físico,  emocional y psicológico llamado “bullyng”.

   Y lo menciono en relación a un suceso, otro de tantos, que seguramente les indigna como a una servidora, ya que es  por demás terrible lo sucedido en días pasados,  en Ciudad Victoria, Tamaulipas, dónde fue sepultado Héctor Alejandro Méndez Ramírez, el menor de 12 años que perdió la vida tras ser víctima de bullying en la Secundaria Número 7 “Eleazar Cervantes Gómez”, donde estudiaba.

    Quizá en algún medio de comunicación, y seguramente más en los noticieros, ustedes se enteraron de  este asunto, tema del que quizá  hemos escuchado mucho, sin embargo, quizá poco estamos valorando las dimensiones que está alcanzando a nivel escolar, cibernético y social,  con la propia justificación de que todos sufrimos en alguna etapa de nuestra vida,  o en varias ocasiones  las molestias, incluso golpes o abusos de algún o algunos compañeros de colegio, y peor aún,  directamente de algún miembro de la familia!
    Sin embargo, es de llamar la atención, la violencia desmedida, la saña y falta de sensibilidad al dolor humano, a la caridad y la misericordia que caracteriza a los grupos chicos que la practican, sobre todo porque se presenta desde edades tempranas hasta incluso jóvenes preparatorianos y por iniciarse en la universidad!

   Me pregunto y me asusta pensar…que clase de líderes estamos formando??
    Parece que fueran grupos de chicos traviesos e inquietos, como algunos profesores y padres de familia los catalogan, sin embargo no es así, son verdaderos grupos de “sicarios” en potencia! Esto es realmente grave!

    Me sorprende también que las autoridades de la SEP, devalúen la situación y más aún, que solo se limiten a dar respuestas ambiguas, pero no se detienen a atacar el problema en sí, es decir, solo las señales y comportamientos indisciplinarios de los chicos, pero no de lo realmente importante, el “mensaje” oculto en la señal, es decir,  que hay detrás de esas conductas, que hay en el fondo del corazón de esos chicos?  Si en casa no hacen nada, pues las autoridades escolares deben poner un alto!!  Y es inevitable preguntarnos una y mil veces,  los padres de familia que clase de personas estamos formando?

   Los padres y madres de familia estamos muy preocupados por la formación académica de nuestros hijos, en un mundo inmerso en la competencia, el materialismo y hedonismo, solo pensamos en realizarnos profesionalmente demandando derechos de solteros, y de un tiempo y un espacio que ya no nos pertenece del todo, olvidándonos del gran tesoro que por Dios nos ha sido confiado para valorarlo como tal, cuidándolo y preservándolo lo más sano posible, en lo físico, emocional y espiritual, que tenga eco en la sociedad sana que tanto reclamamos! Y  que vayan de vuelta al Padre celestial lo más sano posible, él nos los envió buenos, cuidemos regresárselos igual, es nuestra responsabilidad !

   Mucho se habla en los artículos y noticieros sobre la personalidad del chico acosado y molestado, regularmente son chicos con autoestima muy baja, en todos sentidos, abandonados, violentados y carentes de amor.  Sin embargo si nos detuviéramos un poco a analizar la personalidad de los pequeños –grandes delincuentes, y si los colegios y directivos asumieran la responsabilidad de detectarlos y canalizarlos a alguna terapia psicológica, dado que seguramente en casa carecen de la más mínima noción de civismo, caridad y moral, y por consiguiente de ayuda. Es entonces  la SEP, que debe reservarse el derecho de admitirlos bajo condición de recibir ayuda y hacer de ello una verdadera labor social de integración! Debe hacerlo, y que en vez de pedirle a los profesores dedicar tanto tiempo a actividades administrativas que requieren manejar y preparar por lograr y perpetuar las famosas “acreditaciones” que le dan un “plus” aparente a los colegios, y digo aparente, porque eso no las hace las mejores ni las más eficientes, se dedicaran a su labor docente, observante, correctiva, otra cosa sería. Y si los padres de familia asumiéramos nuestro papel de autoridad, generando respeto hacia nosotros y a las autoridades escolares y sociales, no estaríamos reclamando una llamada de atención o sanción al comportamiento de nuestros hijos, al contrario! debiéramos estar eternamente agradecidos de que en el colegio nos ayuden en esa labor educadora.

   Estemos muy pendientes a las señales de nuestros hijos, pueden ser víctimas o victimarios, eso lo sabremos si atendemos los mensajes inmersos en las señales que nos emiten, ya que lo importante es atender el mensaje, al hacerlo automáticamente desaparecerán las señales de alarma, y evitaremos el intento frustrado de apagar un gran incendio, en el que nuestros hijos estarán envueltos en las llamas de la delincuencia o de la depresión, muerte o suicidio.

   Estemos muy alertas, y alertemos a otros padres de familia, a nuestros hijos, vecinos, nietos, etc. nunca menospreciemos cualquier señal por mínima o insignificante que parezca, actuemos y denunciemos! Es una situación muy grave.
  Hasta la próxima, bendiciones!!

ADRIANA OLVERA MEDINA
JULIO   2014


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