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(48) LA FAMILIA

 

LA AUTOESTIMA DE LOS HIJOS (Parte II)

 

Muy apreciables amigos lectores, me uno a sus oraciones y deseos porque Dios  les bendiga en este nuevo año que nos regala, a su familias y a sus propósitos, seguros y confiados en su Divina Providencia, les derrame en abundancia mucha salud, amor y paz!

Y a propósito de este nuevo año que comenzamos, las noticias sobre depresión y más terrible aun, sobre el alto porcentaje de suicidios en gente joven, nos deja un mensaje muy claro, que no debemos ignorar  y que tiene que ver con la falta de amor a sí mismos, la falta de fortalezas para enfrentar frustraciones, la falta de herramientas y apoyos para solucionar sus problemas, y la gran falta de atención, amor y comunicación hacia ellos de sus seres cercanos y queridos.

La autoestima  se trabaja a diario, desde el seno de la familia, en la cotidianidad de la vida, y en nuestros hijos, tenemos un campo fértil donde,  si se siembra a tierna edad, se cosecharán frutos valiosos en cuanto al desarrollo del amor a sí mismos.

Les comparto a continuación algunos puntos, esta vez, 3 de los 10 considerados más importantes y que pueden ayudar a formar una alta  autoimagen  a nuestros hijos:

1.- Enséñales a tus hijos a ser competentes:
     Debemos asegurarnos de que tengan pruebas de que lo son, experimentado vivencias donde puedan tener éxito, pues si ha fracasado en actividades que superan sus posibilidades y capacidades, deberá probar también en otras donde si pueda triunfar y sentir logros.
Ejem.: Si tiene que enfrentar logros obligatorios como aprobar materias escolares y le cuesta trabajo, ofrecerle apoyo especial, asesoría externa y halagos a cualquier avance, por mínimo que este sea.
   Con perseverancia, constancia y paciencia nuestra, el logrará ser competente,  éxito genera más éxito!

2.- Ama a tus hijos, pero asegúrate de que no solo lo sepa, es muy importante que también lo sienta.
     No siempre estés en guardia, no como un soldado o un general, tu hijo debe percibirte como un ser humano igual que él, compártele tus sueños, sentimientos, recuerdos, miedos, retos y aventuras de la infancia. Incluso, platícale como resolvías algunos problemas y situaciones difíciles.
     El mejor regalo de un padre a su hijo es su tiempo y su atención, es la manera, quizá la única y más valiosa en que los padres demostramos el amor hacia ellos.
     El acompañarlos de cerca en cada etapa de su vida, resulta una aventura fascinante e irrepetible, incluso en la adolescencia, además de que les dota de una enorme cantidad de seguridad, sentido de pertenencia y sobre todo de amor! 
     Busca espacios de diversión y de convivencia, es muy importante que compartan actividades, al menos una o dos veces por semana, poniendo especial atención de que esas actividades propicien la comunicación e intercambio de ideas y proyectos, el jugar, asistir o practicar juntos algún deporte, ir de compras, ir al cine, eventos escolares y extraescolares, participar de algún apostolado, ir a misa, talleres, retiros o catequesis juntos, planear días de campo o campamentos, etc.

3.- Promueve y propicia que tenga fuentes de alabanza:
     Ayúdales a descubrir  y buscar mediante una detenida observación y comunicación,  sus habilidades y destrezas, el apoyarles para que las desarrollen, serán las mejores oportunidades para demostrar, principalmente a él, a ti y a otras personas de sus logros, así lo creerá y se sentirá estimulado y motivado, ya que el reafirmar su confianza en él mismo sobre lo que es capaz de lograr desarrolla en él un sentimiento de respeto de los demás hacia él.
Los primeros en respetar las actividades que realice con responsabilidad y compromiso debemos ser nosotros, pues de ese modo, se sentirá feliz y realizado al llevarlas a cabo, sin presión, y mucho menos intentemos proyectar nuestros gustos propios o planes no realizados a través de ellos. El sugerirles una actividad o deporte es bueno, pero si al probarlo no tiene éxito, deberemos forzosamente buscar alguno donde sea competente y experimente logros y éxitos.    
No importa si el éxito esperado no llega pronto, reafirma su confianza en el mismo y celebra “el máximo esfuerzo”.
Te invito a que incluyamos en nuestros propósitos de año nuevo, empezar a ejercitar estos primeros tres puntos, e incrementar uno por semana, hasta que se conviertan en hábitos y estilos de vida familiar.
Continuará…
Saludos y bendiciones!
       
ADRIANA OLVERA MEDINA
ENERO  2014


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