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(13) LA FAMILIA

El gran problema de la comunicación



El comunicarnos no es solo hablar y escuchar, es el esperar una respuesta oportuna y constante a mis necesidades,  sentimientos y emociones…es: TENER BUENA MEMORIA!!
Apreciables Amigos lectores:

Me es muy grato iniciar mi colaboración en  esta página, con un tema, que por demás se ha abordado de mil maneras didácticas a lo largo de siglos enteros, con artículos, en conferencias, libros, etc.

Se ha hablado y nos queda muy claro, que para una buena comunicación, debe haber  tres elementos básicos, entre otros, un emisor, un receptor  y un mensaje, se nos ha dicho también que,  además de los tres elementos, para un buen diálogo, se involucran otros dos elementos más, las necesidades y sentimientos.

No es un misterio para nosotros adivinar el porqué de muchos problemas sociales, educativos, laborales, y sobre todo,  conyugales y familiares, muchos de ellos parecen coincidir en que, más que “incompatibilidad de caracteres”  es “la fala de  comunicación”, pero yo le agregaría algo más, porque la comunicación puede ser fluida y abierta, constante  y oportuna, pero hay algo más que está afectando de manera importante y directa nuestra comunicación.
Retomando que la comunicación va más allá de la transmisión de un mensaje,  en el fondo lo que se busca  es que la escucha vaya acompañada de una respuesta, y si se trata de comunicar sentimientos y necesidades, hay un elemento indispensable para que el emisor se sienta tomado en cuenta: LA BUENA MEMORIA.

En particular, la vida familiar y conyugal,  la transmisión de un mensaje  regularmente lleva envuelta una necesidad y por consiguiente un sentimiento, si estos se transmiten de manera adecuada y oportuna, regularmente tiene una respuesta inmediata, pero desafortunadamente, cuando se requiere tener  presente en momentos posteriores, lo comunicado,  suele suceder que nos  olvidamos  por completo de los acuerdos, necesidades y sentimientos que se nos transmitieron en espera de una respuesta asertiva y oportuna.
Cuantos cientos de veces, un amigo, un familiar, o más aún,  nuestros hijos o espos@, nos trasmite algo  importante de su vida, nos comparte su sentir y quizá su necesidad inmediata, y lo que espera de nosotros, suele ir implícito en el mensaje, como sentirse acompañado por nuestras palabras o compañía y sucede que, irremediablemente ese momento de apertura no volvemos a recordarlo,  ni a tomarnos el tiempo y cariño para buscar el contacto de manera que se sienta escuchado y sobre todo atendido.
Esto en la cotidianidad de la vida matrimonial y familiar, olvidar lo comunicado quizá no sea por falta de interés, o quizá sí, pero en todas las circunstancias es de gran importancia, tenerlo muy en cuenta, pues es precisamente en el olvido donde se dejan sentimientos devaluados, emociones frustradas,  disolución de acuerdos hechos , los compromisos contraídos, los propósitos truncados, los vacíos emocionales,  el amor…por tanto quién no se siente escuchado y atendido, obviamente se siente poco importante y valorado, lo que provoca un rompimiento y distanciamiento físico y emocional que en la rutina congela y fractura cualquier intento de diálogo constructivo.

Por ello, es imprescindible que al escuchar, no solo agudicemos  bien él oído, sino también tengamos atento nuestro sistema límbico  a manera de tener presente y fresco nuestro recuerdo a fin de dar  y responder lo que se espera de nosotros oportunamente,  de esa manera y solo de esa, el emisor estará feliz y complacido, por que escuchamos su mensaje, pero sobre todo,  por obtener una respuesta, entonces se dará el  diálogo, no un monólogo.
No olvidemos tampoco que el contacto visual al mirarnos a los ojos, es fundamental.
Cuando echemos a trabajar nuestro sentido visual  y nuestra memoria y recordemos lo que nos comunicamos, entonces diremos que hay buena comunicación entre nosotros y una común unión en nuestros afectos y sentimientos, lo que se verá sin duda, reflejado gratamente también y a su vez,  en la respuesta amorosa de los demás hacia nosotros, en  todas nuestras relaciones. ..así que, a ejercitar la memoria!!       

La comunicación ha sido  una gran necesidad en todos los tiempos, y el cubrir la necesidad de sabernos  escuchados por fin parece  haberse cubierto…al día de hoy las redes sociales nos brindan una gama de opciones para hacerlo, “Hotmail”, “fb”, “messenger”, “skype”, “twitter”, mensajes de celular en todas sus presentaciones, etc., etc., …sólo que con un gran inconveniente,  no hay contacto físico, ni visual, ni existe el tono y expresión de la voz, solo la imaginación, recreada a través de fotos y algunos datos que nos van creando personajes quizá poco auténticos con una personalidad quizá también poco real.    

Estos medios de comunicación son, además  de gran apoyo, para quien no tiene facilidad para expresarse en persona o en público, poner una pantalla de por medio para expresar lo que piensa, lo que siente y lo que hace, provocando se haga un dialogo entre sus contactos virtuales y por consiguiente, experimentar así, de manera aunque indirecta, la aceptación y la estima de su persona.

La tecnología en ese sentido nos ha facilitado de manera extraordinaria la comunicación en todos los aspectos, social, laboral, espiritual, etc.,  además, afortunadamente  nos acerca a los que tenemos lejos, pero desafortunadamente nos aleja de los que tenemos cerca…de aquellos que nos demandan una comunicación efectiva y afectiva,  incluso hemos dejado de escucharnos nosotros mismos, ya que tanta invasión cibernética no deja espacio para silencios internos…

 
Hasta la  próxima. 

Adriana Olvera Medina
Mayo 2013

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