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(21) INFORMACIÓN DEL 10 OCTUBRE 2012 TOMADA DE:

http://www.verycreer.com/index.php?option=com_content&view=article&id=716:nuevo-articulo-en-ver-y-creer-indulgencia-en-el-ano-de-la-fe&catid=15:editoriales&Itemid=28

Indulgencia en el Año de la Fe
Por Roberto O'Farril

A partir del jueves 11 de octubre de 2012 y hasta el 24 de noviembre de 2013, todos los fieles que lo deseen podrán obtener la Indulgencia Plenaria, y con ella, la remisión de todas sus culpas, a fin de alcanzar un estado de Gracia igual al del día en que se recibió el Bautismo. También se podrá obtener para los difuntos, y así lograr sacarlos del Purgatorio. Benedicto XVI concedió la Indulgencia con ocasión de la celebración del Año de la Fe.

En su Carta apostólica Porta Fidei, del 11 de octubre de 2011, el Santo Padre explica que convocó a esta celebración universal como una “invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”, indica que “hoy es necesario un compromiso eclesial más convencido en favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe” y afirma que “la fe sólo crece y se fortalece creyendo; no hay otra posibilidad para poseer la certeza sobre la propia vida que abandonarse, en un in crescendo continuo, en las manos de un amor que se experimenta siempre como más grande porque tiene su origen en Dios”.

A los obispos, el Papa les pide “intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo”.

El Papa espera que “este Año suscite en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza” y que “el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble” porque “el cristiano no puede pensar nunca que creer es un hecho privado”. Además indica que “para acceder a un conocimiento sistemático del contenido de la fe, todos pueden encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica un subsidio precioso e indispensable” porque “en él se pone de manifiesto la riqueza de la enseñanza que la Iglesia ha recibido, custodiado y ofrecido en sus dos mil años de historia”, y da a conocer que ha “invitado a la Congregación para la Doctrina de la Fe a que redacte una Nota con la que se ofrezca a la Iglesia y a los creyentes algunas indicaciones para vivir este Año de la fe”.

Entre los objetivos de este Año de gracia, Benedicto XVI señala que “tendremos la mirada fija en Jesucristo, que inició y completa nuestra fe porque en él encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón humano” y que “el Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la caridad”.

La Indulgencia Plenaria es válida desde la apertura del Año de la fe, el 11 de octubre de 2012 y hasta su clausura, el 24 de noviembre de 2013, según establece el decreto de la Penitenciaría Apostólica, publicado el pasado 5 de octubre, que determina que “podrán conseguir la Indulgencia plenaria todos los fieles verdaderamente arrepentidos, debidamente confesados, que hayan comulgado sacramentalmente y que recen según las intenciones del Romano Pontífice” en las siguientes ocasiones:

-Al participar en al menos tres momentos de predicación o en tres lecciones sobre las Actas del Concilio Vaticano II o sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia Católica.

-Al visitar en peregrinación una de las basílicas papales en Roma, una catacumba romana o un lugar designado por el obispo de cada diócesis, y participar en una ceremonia sacra o recogerse en oración y concluir con el rezo del Padre nuestro, el Credo, invocaciones a la Virgen María y a los santos.

-Al participar en la celebración eucarística o en la Liturgia de las Horas añadiendo el Credo, en las fechas que determine el obispo de cada diócesis.

-Al visitar cualquier día, durante el Año de la Fe, el baptisterio o el lugar donde se recibió el sacramento del Bautismo, y renovar allí mismo las promesas bautismales.

-Los fieles que, impedidos por enfermedad, prisión, o alguna otra causa justa que les impida salir, se unan en oración cuando se transmitan por radio o televisión las palabras del Papa o de los obispos, y recen desde el lugar en que se encuentren, el Padre nuestro y el Credo, ofreciendo sus sufrimientos o los problemas de su vida”.

Contamos, pues, con un año de Gracia para enmendar nuestra vida y rescatar nuestra alma y las de nuestros difuntos. La ocasión ya está dispuesta; sólo falta el ánimo y la disposición en cada uno para lograrlo.

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