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TOMADO EL 16 ENERO 2015 DE:  http://www.aleteia.org/es/religion/contenido-agregado/afirman-que-un-tsunami-se-detuvo-al-bendecir-el-mar-con-el-santisimo-sacramento-expuesto-5827777563459584?utm_campaign=NL_es&utm_source=topnews_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=NL_es-18/01/2015

 

EL TSUNAMI QUE RETROCEDIÓ ANTE LA BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO
UN MILAGRO OCURRIDO EN 1906 EN TUMACO (COLOMBIA)

tsunami

© Angela Riddock

Hace algunas décadas en la pequeña isla de Tumaco (Colombia) lo ocurrido con un violento tsunami enseñó a sus habitantes que Dios, presente en el Santísimo Sacramento, actúa cuando sus sacerdotes y fieles lo invocan con amor y fe.

Los hechos ocurrieron el 31 de enero de 1906. A las diez de la mañana los habitantes de esa pequeñísima isla del Pacífico sintieron un fuerte terremoto que duró alrededor de 10 minutos.

Entonces, todo el pueblo corrió a la iglesia para suplicar al párroco, el padre Gerardo Larrondo y al padre Julián, que organizaran inmediatamente una procesión con el SantísimoSacramento.

Mientras tanto, el mar avanzaba recogiéndose, habiendo ya cubierto cerca de un kilómetro y medio del litoral, con la amenaza de formar una inmensa ola. El padre Gerardo, atemorizado, consumió todas las Hostias consagradas de la píxide y conservó sólo la Hostia Magna.

 
Luego, dirigiéndose al pueblo, exclamó: “¡Vamos, hijos míos, vamos todos a la playa y que Dios tenga piedad de nosotros!”.

Sintiéndose seguros ante la presencia de Jesús Eucaristía, todos marcharon entre llantos y aclamaciones a Dios. Cuando el padre Larrondo llegó a la playa, bajó valientemente a las orillas con la custodia en la mano. En el momento en que la ola estaba llegando, alzó con mano firme y con el corazón colmado de fe la Hostia consagrada y ante todos trazó el signo de la cruz. Fue un momento de altísima solemnidad.

La ola siguió avanzando pero antes de que el padre Larrondo y el padre Julián se pudiesen dar cuenta, la población, conmovida y maravillada gritó: “¡Milagro, milagro!”.

En efecto, como si hubiera sido detenida por una fuerza invisible y superior a la naturaleza, la potente ola que amenazaba con borrar de la tierra al pueblo de Tumaco había iniciado su retroceso, mientras el mar regresaba a su nivel normal.

Los habitantes de Tumaco, en medio de la euforia y la alegría por haber sido salvados de la muerte gracias a Jesús Sacramentado, daban muestras de ferviente gratitud. Por todo el mundo se supo del Milagro de Tumaco y el padre Larrondo recibió también del continente europeo numerosas cartas
que pedían oraciones.



Fuente: Libro "Agustinos amantes de la Sagrada Eucaristía", padre Pedro del Rosario Corro
 
Artículo originalmente publicado por Portaluz

sources: Portaluz

 

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